CIUDAD DE MÉXICO.- En redes sociales, farmacias y hasta en conversaciones casuales, la vitamina D se ha convertido en la nueva estrella del bienestar. Pero, ¿realmente es bueno tomarla todos los días? La respuesta, según Harvard Health, no es tan simple como parece.

A la vitamina D se le atribuyen beneficios para casi todo, desde fortalecer los huesos hasta prevenir enfermedades graves como cáncer, diabetes o depresión, entonces qué dicen los expertos.

“Depende de cuánto tomes, por qué lo haces y quién te lo recomienda”, dijo la Universidad de Harvard. Y advirtió que su consumo sin control puede traer más problemas que beneficios.

Sí, la vitamina D es esencial para la salud ósea, ya que ayuda a absorber el calcio y el fósforo. Pero “tomarla todos los días en altas dosis, como lo hacen muchas personas por cuenta propia, puede ser riesgoso”, explicó la Universidad.

La cantidad sugerida es de 600 UI por día, que equivale a 15 microgramos.

Sin embargo, un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA), alertó que un gran número de personas tomaban dosis potencialmente peligrosas (más de 4000 UI diarias).

Hubo un 18% más de personas que consumían 1000 UI o más al día.
Harvard alertó: “más no es mejor”. Incluso, más puede ser peor.

El exceso de esta vitamina no es inofensivo. Puede provocar:

Hipercalcemia (demasiado calcio en la sangre)
Cálculos renales
Depósitos de calcio en arterias o tejidos blandos

Harvard Health destacó que cuando se toma en cantidades adecuadas, la vitamina D puede ayudar en:

Personas con deficiencia
Adultos mayores
Quienes viven en zonas con poca exposición solar
Personas con obesidad, piel oscura o problemas que impiden absorberla bien

Aunque, los estudios sobre su efectividad para prevenir enfermedades graves aún son poco concluyentes, aclaró Harvard.

¿La necesitas todos los días?

No necesariamente, dice la institución estadounidense. “Tus niveles de vitamina D dependen de factores como”:

Dónde vives: en zonas con poco sol, puedes producir menos.
Edad: después de los 65 años, la piel genera menos vitamina D.
Color de piel: las personas con piel oscura suelen tener niveles más bajos.
Peso: con obesidad, la vitamina D se almacena en grasa y circula menos por la sangre.
Dieta: pocos alimentos la contienen naturalmente (salmón, sardinas, leche fortificada, etc.).
Enfermedades: afecciones digestivas o hepáticas dificultan su absorción.

“Tomarla todos los días no es dañino si lo haces con moderación y supervisión médica. El peligro está en automedicarse o exceder las dosis recomendadas”, concluyó la Universidad de Harvard.

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