Las bacterias resistentes a los antibióticos mataron en 2019 a más personas que el cáncer y el sida juntos, según el informe más completo llevado a cabo sobre el impacto global de la resistencia a los antimicrobianos realizado en 204 países y territorios y publicado en «The Lancet» a principios de 2022.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la resistencia a los antibióticos como una de las grandes amenazas para la salud mundial.
Ahora, una nueva investigación, publicada en «ACS Central Science», apunta a que la fabimicina, una nueva molécula candidata a convertirse en fármaco, es capaz de combatir más de 300 bacterias resistentes a los medicamentos en experimentos de laboratorio, así como en ratones con neumonía e infecciones del tracto urinario.
Los investigadores aseguran que este compuesto algún día podría usarse para tratar infecciones difíciles en humanos.
Las bacterias gramnegativas son una clase de microbios que infectan a millones de personas en todo el mundo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., y causan patologías como neumonía, infecciones del tracto urinario e infecciones del torrente sanguíneo.
Estas bacterias son especialmente difíciles de tratar porque tienen fuertes sistemas de defensa: paredes celulares resistentes que mantienen fuera a la mayoría de los antibióticos y bombas que eliminan de manera eficiente los antibióticos que ingresan.
Los microbios también pueden mutar para evadir múltiples fármacos. Además, los tratamientos que funcionan no son muy específicos y erradican muchos tipos de bacterias, incluidas las que son beneficiosas.
En este contexto, Paul Hergenrother y sus colegas querían diseñar un fármaco que pudiera infiltrarse en las defensas de las bacterias gramnegativas y tratar infecciones, mientras dejaba intactos otros microbios beneficiosos.
El equipo comenzó con un antibiótico que era activo contra las bacterias grampositivas e hizo una serie de modificaciones estructurales que creían que le permitirían actuar contra las cepas gramnegativas.
Uno de los compuestos modificados, denominado fabimicina, demostró ser potente contra más de 300 aislados clínicos resistentes a los medicamentos, mientras permaneció relativamente inactivo frente a ciertos patógenos grampositivos y algunas bacterias típicamente inofensivas que viven dentro o sobre el cuerpo humano.
Además, la nueva molécula redujo la cantidad de bacterias resistentes a los medicamentos en ratones con neumonía o infecciones del tracto urinario a niveles previos a la infección o por debajo, con un rendimiento igual o mejor que el de los antibióticos existentes en dosis similares.
En base a los resultados, los investigadores consideran que la fabimicina algún día podría ser un tratamiento eficaz para las infecciones persistentes