CIUDAD DE MÉXICO.- Las tensiones entre China y Estados Unidos por la crisis del fentanilo siguen en aumento. Beijing expresó este jueves su “insatisfacción” y “firme oposición” tras la inclusión de 17 personas y empresas chinas en la llamada “lista negra” del Departamento del Tesoro.

El mensaje de rechazo llegó a través de la embajada del país asiático en México, apenas un día después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador planteara “una tregua” a las potencias mundiales e insistiera en preponderar la cooperación contra el narcotráfico y no el intercambio de reproches y acusaciones. “EE UU impone nuevas sanciones a empresas e individuos chinos e intenta culpar a China por su propio problema con el fentanilo, con la intentona de engañar al público y desviar la culpa por su inacción”, señaló la representación diplomática en un comunicado.

Washington dio a conocer una nueva ola de sanciones económicas esta misma semana, bajo el argumento de que China es el epicentro de la fabricación de la droga sintética y como parte de una estrategia para debilitar las estructuras financieras de los proveedores de los carteles mexicanos. Los castigos se centraron en compañías que comercian con presas de pastillas y otros equipos que permiten a los grupos criminales crear “versiones pirata” de medicamentos adulterados con fentanilo. “Las pastillas de contrabando contaminadas con fentanilo constituyen la principal causa de muertes por sobredosis, devastando a miles de familias estadounidenses cada año”, dijo Brian E. Nelson, subsecretario del Tesoro de Inteligencia Financiera y Terrorismo. La Casa Blanca advirtió de que no iba a dar marcha atrás y que usará “todos los medios a su alcance” para atacar la cadena de suministro de la droga.

“Las sanciones unilaterales no resolverán los propios problemas de EE UU, sino que solo crearán más obstáculos para la cooperación”, reviró China. El Gobierno de Xi Jinping aseguró que iba a defender los intereses legítimos de sus ciudadanos y dijo que el uso ilícito de los productos era responsabilidad de los importadores. “Un cuchillo puede usarse para cortar verduras o para matar a una persona. Si alguien atacara a otros con un cuchillo, ¿quién debe rendir cuentas? ¿El que usó el cuchillo o el que lo fabricó? La respuesta es clara”, dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio chino de Exteriores, en una conferencia de prensa el miércoles.

Una de las principales dificultades del combate contra el fentanilo es que puede elaborarse con equipos y sustancias de uso cotidiano, y que existen decenas de recetas diferentes para su fabricación. A debate están los límites de la regulación y quién es responsable de los usos ilegales de los productos que se comercian. El pasado fin de semana, la Embajada china en México emitió otro comunicado en el que calificó el supuesto vínculo entre la industria farmacéutica china, una de las mayores del mundo, con los carteles mexicanos de la droga como “una trama al estilo de las películas de Hollywood”.

López Obrador se mostró optimista apenas un día antes. “Hay una muy buena actitud por parte del Gobierno de China, hemos estado solicitando a China colaboración porque la materia prima del fentanilo viene de Asia, no vamos a decir China, de Asia”, dijo el presidente mexicano. En medio del encontronazo que ha tenido con varios sectores políticos en Estados Unidos, el mandatario ha intercambiado correspondencia en los últimos meses con las autoridades chinas, en un intento de que puedan quedar atrás los reclamos y se pueda atajar el problema entre los países involucrados. El país asiático ha insistido en que el problema es “made in the USA” y que no tiene nada que ver con el trasiego mundial de la droga.

“China concede suma importancia a su cooperación antidroga con México”, señaló la Embajada y agregó que el trabajo conjunto era “excelente” y “profesional”. En el comunicado del pasado fin de semana, más subido de tono, Beijing condenó “la matonería de Estados Unidos contra México so pretexto de la cuestión de fentanilo” y expresó su apoyo a la defensa de la “soberanía y dignidad” del país latinoamericano.

A principios de mayo, la Marina mexicana decomisó un cargamento sospechoso que había pasado por el puerto coreano de Busán y la ciudad china de Qingdao, reseñado por López Obrador como una prueba de que en México no se fabrica la droga y que es un territorio de paso. El país asiático dijo que estaba abierto a que los análisis de laboratorio confirmen si la sustancia involucrada era fentanilo para dar seguimiento a ese caso. Todo apunta que la “tregua” tendrá que esperar.

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