Se sabe que para un envejecimiento al menor ritmo posible y conservar un cerebro sano, es fundamental adoptar hábitos saludables de vida. Son claves, entre otros, seguir una alimentación equilibrada y hacer ejercicio físico de forma regular.
Adoptar la dieta mediterránea es probablemente más sencillo (y tentador) que calzarse las zapatillas para entrenar. Sin embargo, es posible ayudar a proteger el cerebro sin complicarse con los tiempos.
La forma más fácil de hacer actividad física es simplemente moverse y dar algunos pasos, dijo la doctora Wendy Suzuki, neurocientífica y profesora de la Universidad de Nueva York. “Solo 10 minutos de caminata, algo que cualquier persona en cualquier lugar podría hacer, disminuyen los niveles de ansiedad y depresión”, dijo Suzuki durante una aparición reciente en TED Intersections.
“Simplemente moviendo tu cuerpo, se obtienen beneficios inmediatos, duraderos y protectores para el cerebro”, dijo la experta. Llevar a cabo caminatas diarias durante semanas, meses y años puede proporcionar al cerebro “no solo buenos neuroquímicos, sino también factores de crecimiento” que pueden mejorar su salud, manifestó.
Los factores de crecimiento son sustancias químicas que promueven la creación de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro y la abundancia, supervivencia y buena salud de nuevas células cerebrales.
Hacer una pequeña caminata puede ser el equivalente a darse un “baño de burbujas de neuroquímicos” como la dopamina y la serotonina, explicó la experta a CNBC News.
La dopamina es la llamada “hormona del placer y la recompensa” y la serotonina como “hormona del bienestar”. Ambas integran el famoso “cuarteto de la felicidad”, junto a la oxitocina y la endorfina.
Suzuki afirmó que nunca es demasiado tarde para empezar. Incluso si se fuese un “adicto al sofá hasta los 75 años”, dijo la experta, caminar de forma regular puede hacer que el cerebro esté más sano.