CIUDAD DE MÉXICO.- La ansiedad, el estrés y la depresión pueden tener un impacto negativo en la salud física e incluso pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, según una investigación presentada en la declaración científica de la American Heart Association. Estos hallazgos identificaron la fuerte interconexión entre la mente, el corazón y el cuerpo.

«La investigación ha demostrado claramente que los factores psicológicos y rasgos de personalidad negativos y los trastornos de salud mental pueden tener un impacto negativo en la salud cardiovascular. La reacción biológica del cuerpo al estrés, la ansiedad y otros tipos de problemas de salud mental pueden manifestarse físicamente a través de una frecuencia o ritmo cardíaco irregular y un aumento de la presión arterial e inflamación en todo el cuerpo», señala Michelle. Albert, presidenta de la American Heart Association.

«La salud psicológica negativa también se asocia con comportamientos que afectan la salud y están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, como el tabaquismo, niveles más bajos de actividad física, una alimentación poco saludable, sobrepeso y la falta de cumplimiento de pautas posológicas. Todo esto tiene un impacto negativo real en el sistema cardiovascular del cuerpo».

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Los estudios han demostrado que algunas personas, incluidas las personas de color, pueden enfrentar un mayor riesgo de sufrir problemas de salud debido al estrés crónico, la depresión y la ansiedad relacionados con factores psicosociales estresantes, en particular los relacionados con la desigualdad social y económica, la discriminación, el racismo sistémico y otros factores sociales.

Así, una investigación reciente publicada en la «Journal of the American Heart Association» determinó que los adultos estadounidenses que dijeron sentirse muy discriminados en el trabajo tenían un mayor riesgo de desarrollar presión arterial elevada que aquellos que informaron un nivel bajo de discriminación en el trabajo.

Albert dijo que identificar y abordar los sentimientos psicológicos negativos es importante para todos. La implementación de intervenciones basadas en la atención plena, como la meditación o la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a disminuir la ansiedad, el estrés percibido y la depresión y puede tener un impacto positivo en las enfermedades y el riesgo cardiovasculares.

La salud psicológica positiva también se asocia con comportamientos beneficiosos para la salud, como el abandono del tabaquismo, el aumento de la actividad física, una alimentación saludable para el corazón, el aumento del cumplimiento de pautas posológicas y las revisiones y exámenes médicos regulares. Las personas con mejor salud mental tienden a tener relaciones sociales, apoyo y vínculos positivos, lo que puede facilitar una adaptación más saludable a los desafíos de la vida.

«La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta como pensamos, sentimos y nos comportamos. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones», dijo Albert, quien es la catedrática de Cardiología de Walter A. Haas-Lucie Stern, profesora de medicina de la University of California at San Francisco (UCSF) y decana de Admisiones de la Facultad de Medicina de la UCSF. «La práctica de la atención plena en todas sus formas permite a las personas ser más conscientes de sus respuestas emocionales a las experiencias de la vida diaria y a tener más control sobre ellas».

Consejos para mejorar la conexión entre la mente, el corazón y el cuerpo:

Practique la meditación de forma periódica. Si bien hay muchos tipos de meditación, incluso algo tan simple como estar en comunión con la naturaleza o sentarse en silencio y concentrarse en su respiración puede tener un impacto positivo.

Duerma lo suficiente para lograr un sueño reparador. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño para gozar de buena salud, pero 1 de cada 3 personas no duerme lo suficiente. Establezca una rutina regular para acostarse y despertarse y apague o atenúe las pantallas electrónicas a medida que se acerca la hora de acostarse

Establezca vínculos y manténgase en contacto: Comuníquese y vincúlese de manera periódica con parientes y amigos, o participe en actividades para conocer gente nueva. Las investigaciones muestran que el aislamiento social y la soledad pueden tener un impacto negativo en su salud física y mental.

Practique el movimiento consciente: Hay muchos tipos de Yoga y Tai Chi que pueden ayudar a aliviar el alma y los músculos. Estas prácticas conscientes pueden ser suaves y las puede realizar casi cualquier persona, en cualquier lugar, sin necesidad de equipos especiales.

Pase tiempo con su amigo mascota: Los animales de compañía son miembros queridos de la familia y las investigaciones muestran que las mascotas pueden ayudar a reducir las reacciones fisiológicas al estrés, así como a promover una mejor actividad física.

Mejórelo con actividad física: La actividad física regular (se recomiendan 150 minutos de actividad moderada, 75 minutos de actividad vigorosa o una combinación de ambas a la semana) puede aliviar la tensión, la ansiedad y la depresión y mejorar su estado de ánimo de manera inmediata.

En un estudio presentado en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de 2022 los adultos con presión arterial elevada que participaron en un programa de comportamiento de atención plena durante ocho semanas presentaron niveles de presión arterial significativamente más bajos y una reducción considerable del tiempo sedentario, en una evaluación realizada a los seis meses de seguimiento.

Una investigación de China publicada en la revista«Stroke» determinó que a los tres meses de practicar una forma modificada de Tai Chi, los supervivientes de un accidente cerebrovascular tenían una mejor función de manos y brazos, mejor equilibrio al sentarse y mejor salud mental y calidad de vida, en comparación con los supervivientes de un accidente cerebrovascular que participaron en un programa estándar de ejercicios de rehabilitación de accidentes cerebrovasculares.

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