ESTADOS UNIDOS.- La Luna, el satélite natural de la Tierra, es el objeto más grande y brillante del cielo nocturno de nuestro planeta. Desempeña un papel crucial en la habitabilidad de la Tierra, reconoce la NASA. Y su presencia ha captado la atención de las personas desde la antigüedad.

A lo largo de la historia, la ciencia se ha ocupado de estudiarla en detenimiento y en la actualidad sabemos mucho sobre este astro. Tal es el interés que ha suscitado, que en 1969 la humanidad dio el “gran salto para la humanidad” al visitar el satélite. Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, los tripulantes del Apolo 11, fueron los primeros en pisar la superficie lunar.

Recordando el primer alunizaje, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el 20 de julio como Día Internacional de la Luna. En esta fecha, conoce algunos datos curiosos sobre el satélite terrestre.

Este impacto generó un anillo de escombros que, con el tiempo, se consolidó para formar la Luna tal como se observa hoy.

Su nombre es “Luna” (el término que también designa a los satélites naturales de otros cuerpos celestes) porque la humanidad desconocía la existencia de otras lunas hasta que, en 1610, el físico, ingeniero y astrónomo italiano Galileo Galilei descubrió cuatro de ellas orbitando Júpiter.

  • Cuál es el origen de la Luna
    La teoría principal sobre su formación sugiere que se originó a partir de los restos de una colisión entre la Tierra y un objeto del tamaño de Marte hace miles de millones de años.

La Luna tiene cráteres en su superficie, como el que se observa en la imagen, el cual se encontraba cerca del punto en el que el módulo lunar del Apolo 11 se posicionó en 1969.

  • ¿Qué forma tiene la Luna?
    Vista desde lejos, parece una esfera, pero no es perfectamente redonda. Al observarla de cerca, su superficie revela un paisaje tridimensional lleno de montañas, valles y cráteres, describe la entidad espacial.

Esta topografía ha sido cartografiada en detalle gracias al Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, que creó un mapa 3D del astro. La fase visible de la Luna cambia a lo largo del mes.

  • No existe un lado oscuro permanente de la Luna
    Lo habrás notado: también se puede observar durante el día. Aunque es menos evidente debido a la presencia del Sol, que ilumina el cielo con su luz intensa, la Luna está presente en el cielo diurno en fases como la creciente, donde solo una parte de su superficie iluminada es visible, señala la agencia espacial estadounidense.

Cabe destacar que “el Sol siempre ilumina la mitad de la Luna mientras que la otra mitad permanece oscura, pero lo que podemos ver de esa mitad iluminada cambia a medida que el satélite recorre su órbita”, aclara el organismo. Por lo tanto, es incorrecto decir que existe un “lado oscuro permanente”.

  • Temperaturas extremas y nada de truenos: cómo es el clima en la Luna
    El satélite no tiene una atmósfera, como la Tierra. En cambio, cuenta con la exosfera, una capa de gas muy delgada que no consigue atrapar o propagar la energía del Sol. Como consecuencia, existen diferencias extremas entre las zonas iluminadas y las sombreadas. Tal como indica la NASA, las temperaturas cerca del ecuador lunar pueden alcanzar los 121 °C a la luz del día y caer en picado al anochecer hasta los -133 °C.

Además, en la Luna no nieva, nunca hay truenos y no se forman nubes, detalla el organismo espacial. Asimismo, “el viento solar, los rayos cósmicos galácticos y las explosiones de partículas de alta energía arrojan radiación sobre la superficie lunar”.

  • En la Luna puedes saltar hasta ¡seis veces más alto que en la Tierra!
    La Luna tiene gravedad, aunque es significativamente menor que la de la Tierra, aproximadamente una sexta parte, como consecuencia de una masa menor.

Esta diferencia significa que, en la Luna, una persona podría saltar seis veces más alto que en la Tierra, informa la NASA. Sin embargo, aunque menor, la gravedad existe en el astro y cualquier objeto que se eleve eventualmente volverá a descender.

Esa gravedad también es vital para la vida terrestre. En definitiva, ese fenómeno natural evita que nuestro planeta se tambalee demasiado sobre su eje, ayuda a estabilizar el clima y desempeña un papel importante en las mareas oceánicas.

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