CIUDAD DE MÉXICO.- México está repleto de rincones con encanto, y no necesitamos ir demasiado lejos para conocer sus maravillas.

Si buscas una escapada de fin de semana o una salida de ida y vuelta, te recomendamos visitar los 5 Pueblos Mágicos más cercanos a Ciudad de México. Una vez que los descubras, desearás explorarlos todos.

  1. Tepotzotlán, Estado de México

Un sitio que no te puedes perder en el Estado de México es Tepotzotlán, a 1 hora y media de CDMX, dependiendo del tráfico. Si vas en auto, deberás tomar el Bulevar Manuel Ávila Camacho.

Este Pueblo Mágico es sinónimo de riqueza arquitectónica, cultural y gastronómica. Aquí encontrarás locales con antojitos mexicanos para darle gusto al paladar o caminar por sus típicas calles.

No te vayas sin conocer el Museo Nacional del Virreinato en el centro del pueblo, justo al lado de la catedral. A una hora de camino puedes visitar los Arcos del Sitio, que destacan por su monumental estructura de piedra.

  1. Real del Monte, Hidalgo

A una 1 hora y 30 minutos de la capital se encuentra Real del Monte, el tesoro de Hidalgo que sin duda te cautivará con su pintoresco color e historia.

Es uno de los lugares más emblemáticos, ya que antiguamente era un pueblo minero que se convirtió en sede del primer partido de futbol en México. Por si fuera poco, forma parte del Corredor de la Montaña, muy cerquita del Parque Nacional El Chico.

En Real del Monte apreciarás una fusión entre la cultura inglesa y la mestiza. Sus edificaciones coloridas no son más que el reflejo de la fiesta y tradición que tienen los habitantes hidalguenses.

Entre sus principales atractivos podemos mencionar la Plaza Principal, el Portal del Comercio, el Museo de Medicina Laboral, el Museo del Paste, todas ellas cercanas a la zona centro.

No dejes de ir a la Mina de Acosta y al Panteón Inglés.

  1. Tepoztlán, Morelos
    Si tienes alma de viajero, seguramente ya has escuchado sobre Tepoztlán, el Pueblo Mágico de Morelos.

En este maravilloso lugar tienes que organizar una excursión al cerro del Tepozteco.

Tepoztlán es un pueblo que lo tiene todo y para todos los presupuestos. Encontrarás hoteles boutique de lujo, restaurantes de renombre, bares coquetos, centros holísticos para purificar tu cuerpo, mente y alma y glampings para conectar con la energía poderosa de la naturaleza.

El Santuario de los Venaditos, por ejemplo, tiene un mirador, cascada y especies en libertad.

En el centro se localiza el Museo de Arte Prehispánico y alrededor se instalan puestos con artesanías para que te lleves jarrones, vasijas, esculturas, joyería y alebrijes.

  1. Zacatlán de las Manzanas, Puebla
    El estado de Puebla no se queda atrás en cuanto a pueblos mágicos, y Zacatlán de las Manzanas es la prueba. Su nombre se debe a que, por muchas décadas, se ha mantenido como principal productor de dicha fruta y de sidra.

Su clima es frío y la mayor parte del año se cubre de neblina.

Tiene como principales atractivos el Valle de Piedras Encimadas, el Museo de Relojería, la Sidrera de San Rafael, la cascada de Tulimán y el famoso mirador de cristal.

Entramado en el complejo de la Barranca, el mirador proyecta los vitromurales que documentan escenas religiosas y la creación del universo. Abarca 930 metros y a sus espaldas hallarás el mirador con una vista panorámica a Zacatlán.

En los alrededores de Zacatlán encontrarás un gran número de cabañas y glampings para pasar unos días al calor de una fogata en compañía de tu persona favorita.

A corta distancia, también se encuentra el pueblo de Chignahuapan, gran productor de esferas navideñas.

  1. Valle de Bravo, Estado de México
    En 2005, Valle de Bravo se incorporó al Programa de Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo. Se localiza a 2 horas y 55 minutos de la CDMX y puedes llegar por la autopista México-Toluca.

Algunas ideas para conocer en este sitio mexiquense son la Plaza Principal, la Parroquia de San Francisco de Asís, el Museo Arqueológico, centros de meditación y spas para conseguir un masaje.

Si buscas hoteles fuera de lo común, te recomendamos Rodavento o El Santuario.

Más allá de sus calles empedradas, en el embarcadero tienes la opción de rentar una lancha, velero o yate. Si está en busca de adrenalina, sube el Cerro de la Cruz y lánzate del parapente.

En cuanto a la gastronomía, los restaurantes ofrecen barbacoa, cecina vallesana y trucha a tu gusto. Nadie puede resistirse al exquisito sabor de sus platillos y bebidas tradicionales, como el pulque natural, sambumbia y licores de frutas.

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