JAPÓN.- Luego de la terrorífica actuación de la escudería de Red Bull en el Gran Premio de Singapur donde sus pilotos terminaron en la quinta (Max Verstappen) y octava posición (Checo Pérez) y fueron eliminados en la Q2 de la clasificación, en el Gran Premio de Japón tendrán un verdadera prueba para regresar a los primeros planos de esta temporada.

Un circuito de Suzuka que es la casa de Honda, proveedor de motores de Red Bull hasta 2025, año tras el que pasará a ser suministrador del equipo Aston Martin, por lo que es un Gran Premio especial para el equipo austríaco.

Eso sí, al contrario que la pasada temporada en Japón, Verstappen no podrá celebrar este fin de semana su título como campeón del mundo, que es solo cuestión de tiempo ya que cuenta con 151 puntos de ventaja sobre su compañero de equipo, el mexicano Checo Pérez.

El piloto mexicano también espera que en Japón su Red Bull vuelva a estar donde demostró durante el resto de la temporada. Y es que en Singapur firmaron su peor fin de semana de este año, además de quedarse ambos monoplazas fuera de la lucha por la pole por primera vez desde el Gran Premio de Rusia 2018.

Una caída brusca de rendimiento al llegar a Singapur que ya vivió Mercedes en su época de dominio, siete campeonatos de pilotos consecutivos, en el mismo trazado. En el caso de la escudería alemana, estos problemas no ocurrían en el resto de Grandes Premios, algo que espera vivir también un equipo Red Bull que ha asegurado, por activa y por pasiva, que sus problemas no tienen nada que ver con la directiva técnica de la FIA implantada en desde Singapur para medir de forma exhaustiva la flexión de los alerones delanteros.

Una teoría y un bajón de rendimiento que se comenzará a esclarecer cuando los monoplazas rueden en la pista de Suzuka por primera vez esta temporada, en los entrenamientos libres del viernes.

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