RUSIA.- Al confirmar el ataque, el Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado que señala: En respuesta a los intentos de Kiev de dañar objetivos energéticos y económicos rusos, las fuerzas armadas de Rusia lanzaron una ofensiva masiva con armas de alta precisión y largo alcance contra objetivos de la industria militar y las bases aéreas del ejército ucranio.

Según la defensa antiaérea ucrania, Rusia utilizó en esta ocasión un misil hipersónico Kinzhal, cuatro balísticos Iskander-M, otro tipo crucero Tsirkón, 27 misiles de crucero X-101 y Kalibr, dos X-22 y tres proyectiles aéreos X-59 y X-69.

El jefe de la fuerza aérea ucrania, Oleksanr Oleshchuk, asegura que interceptaron 30 de los 38 misiles, pero no es claro si uno de esos ocho misiles destruyó una parte del edificio de la principal clínica pediátrica de Kiev, impacto que mató al menos a dos adultos y dejó 18 heridos (siete de ellos, menores) que, minutos antes del ataque, recibían tratamiento de diálisis y tuvieron que ser evacuados, junto con el resto de ingresados.

Ambas partes se culpan del ataque a la clínica pediátrica, que ocurrió la víspera de que comience en Washington la cumbre anual de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que debe decidir la forma, volumen y alcance del respaldo en armamento que presta a Ucrania.

El mando militar ucranio dice que Rusia cometió el enésimo crimen de guerra y que el mundo debe condenar de manera decisiva estos ataques contra la población civil, al tiempo que acusa al Kremlin de sembrar más dudas a países como Hungría –cuyo primer ministro, Viktor Orbán, dicho sea de paso, camino a la cumbre de la OTAN, hizo este lunes una tercera parada en su misión de paz para entrevistarse con el líder chino, Xi Jinping, en Pekín– que piden cesar las hostilidades de inmediato e iniciar negociaciones entre Rusia y Ucrania.

El Kremlin –al tiempo que el presidente Vladimir Putin y el primer ministro de India, Narendra Modi, cenan de manera informal en la residencia de Novo-Ogoriovo, en las afueras de Moscú, un día antes de sus conversaciones oficiales en el Kremlin– habla de provocación y revira que este tipo de histerias del régimen de Kiev suceden siempre la víspera de cada cumbre de sus patrocinadores de la OTAN, sugiriendo que el propio ejército de Ucrania lanzó un misil contra la clínica pediátrica.

Sin embargo, a juicio de expertos que analizaron las imágenes disponibles, por los videos grabados que circulan en las redes sociales, resulta imposible determinar qué tipo de misil está cayendo intacto, en trayectoria de 60 grados, hacia la zona donde se encuentra la clínica infantil y, muy cerca, la fábrica Artem de la industria militar ucrania.

Para Kiev se trata claramente de un misil X-101 de emplazamiento aéreo y, entre los escombros, el alcalde Vitali Klitschko mostró fragmentos de un artefacto que por sus características los especialistas consideran que podría ser tal, con mucha probabilidad, sin tener la certeza.

Para Moscú no hay duda de que cayó un misil y no fragmentos, pero aseguran que se trata de uno antiaéreo ucranio; para unos es un cohete lanzado desde un avión ruso, para los otros, desde una batería ucrania dentro de la capital.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó los bombardeos en Ucrania, mientras el presidente estadunidense, Joe Biden, prometió nuevas medidas para reforzar las defensas aéreas de Ucrania; a las condenas se sumaron por separado, Francia, Reino Unido y Canadá, reportaron medios de prensa internacionales.

Además, el gobierno de México condenó ayer el ataque al hospital infantil, y por conducto de la cancillería exigió a las partes en conflicto el apego estricto a los códigos de conducta establecidos en el derecho internacional humanitario, indicó el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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