Parece que muchos gimnasios y clubes de salud se están llenando otra vez con gente ansiosa por volver a sus viejas rutinas y comunidades o por ponerse en forma para el verano. Al mismo tiempo las subvariantes nuevas de ómicron están haciendo que aumenten las infecciones por covid. Entonces, ¿qué tan seguro es regresar al gimnasio?


En otras palabras, ¿cuántas partículas microscópicas de aerosoles están expirando al ambiente los otros ciclistas en tu clase de spinning? ¿Y cuántas escupe el corredor en la caminadora de al lado?

Un estudio pequeño sobre respiración y ejercicio que se publicó a finales de mayo en Proceedings of the National Academy of Sciences proporciona algunas respuestas que podrían ser un tanto sorprendentes.

El estudio se centró en el número de partículas de aerosoles que 16 personas exhalaron en reposo y durante las rutinas. Esos pedacitos de materia aerotransportada —las cuales miden apenas unos cientos de micrómetros de diámetro, o la anchura de un cabello, y que están suspendidas como neblina procedentes de nuestros pulmones— pueden transmitir el coronavirus si alguien está infectado, llevando el virus por el aire de un par de pulmones a otro.

El estudio encontró que, en reposo, los hombres y mujeres expiraban unas 500 partículas por minuto.

Pero cuando se ejercitaban, el total aumentaba 132 veces, llegando a más de 76.000 partículas por minuto, en promedio, durante los ejercicios más vigorosos.

Estos hallazgos ayudan a explicar por qué diversos eventos desde 2020 que se consideran como superpropagadores se dieron en clases de algún gimnasio en interiores.

También podrían renovar las preocupaciones de algunas personas sobre los programas en gimnasios cerrados conforme los casos de COVID-19 van aumentando otra vez en muchas partes de Estados Unidos, además de suscitar preguntas sobre cómo reducir el riesgo a la exposición mientras nos ejercitamos.

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