CIUDAD DE MÉXICO.- Un doblete que ilusiona. Raúl Jiménez volvió a ser factor en la Selección Mexicana, el delantero azteca marcó un par de goles con los que el Tri vino de atrás para empatar 3-3 ante Uzbekistán.

Le vino muy bien el cambio de equipo a Raúl, la regularidad que está teniendo en Fulham lo vuelve poner en sintonía y en camino a recuperar su mejor versión. México lo perdía y Jimmy Lozano modificó su habitual planteamiento arriesgando con dos jugadores en punta, acción que terminó siendo positiva pese a que no se ganó el partido.

La defensa volvió a ser lo más débil y los asiáticos evidenciaron que el Tri sigue sufriendo por arriba defensivamente cuando Bobir Abdukholikov se elevó por encima de Jesús Angulo y un tibio Kevin Álvarez para conectar el esférico con la frente y ponerla en uno de los ángulos dejando sin posibilidades a Memo Ochoa al 18′.

El gol inesperado picó en el orgullo nacional y en cuestión de minutos emparejaron el marcador con gol de Raúl Jiménez luego de aprovechar un mal intento de disparo de Alvarado que terminó siendo asistencia gracias a que el 9 azteca se encontró la pelota y la definió con un disparo cruzado.

Se iban al descanso con el empate firmado, pero Uzbekistán sorprendió en un contragolpe por la banda finalizando la jugada por el centro donde apareció Azizbek Turg’unboyev para definir a contrapie de Guillermo Ochoa, quien quedó otra vez vulnerable.

Entonces volvió a parecer la figura de Jiménez pisando el área rival cazando la jugada de gol, misma que llegó en el segundo tiempo al encontrarse un balón dentro del área y definir con toque delicado por encima de la figura del portero.

Pero eso no paraba ahí, Raúl buscó el triplete y estuvo cerca de conseguirlo, pero un par de rechaces delos asiáticos lo impidieron, no obstante, ahí nació la jugada del gol de Uriel Antuna para darle la vuelta al marcador momentáneamente.

México lo tenía en la bolsa, iban a regresar a nuestro país con la victoria, pero en tiempo de compensación regalaron una falta en las inmediaciones del área desde un ángulo poco viable para el disparo, pero no para Otabek Shukurov que lo metió con ayuda de Ochoa silenciando la fiesta tricolor en las tribunas.

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