En 152 minutos, el bloque oficialista en el Senado concretó reformas como la desaparición del Insabi, la autorización de la nueva línea aérea del Estado, la reducción de la edad mínima para ser diputado y secretario de Estado, el cambio a las reglas mineras y los 15 años de cárcel para quien trafique con fentanilo.

Xóchitl Gálvez fue la única legisladora de oposición que trató de frenar las reformas. La panista se encadenó al escaño de la presidencia de la Mesa Directiva en la sede histórica de Xicoténcatl 9, a donde el oficialismo trasladó la sesión al no haber condiciones en la sede de Reforma, cuya tribuna siguió tomada por los opositores.

Sin embargo, Morena y sus aliados acordaron no  ingresar al salón de plenos y trabajar en el patio, donde reunieron el quórum para comenzar la aprobación de su carrusel de reformas.

La primera, producto de una larga lucha de activistas, fue la llamada 3de3, que prohíbe a violentadores de mujeres y deudores alimentarios acceder a puestos de elección popular o de poder administrativo.

Al cierre de esta edición, el pleno avalaba dictámenes sin discusión al no haber integrantes de la oposición. El tiempo promedio de aprobación de cada uno fue de 13.8 minutos.

Morena y aliados vencieron a la oposición, después de dos días de protesta y sin mediar discusión, en sólo 152 minutos desaparecieron el Insabi para sustituirlo por IMSS-Bienestar; autorizaron la nueva línea aérea del Estado; redujeron la edad mínima para ser diputado y secretario de Estado, cambiaron las reglas mineras y avalaron castigo de 15 años de cárcel para quien trafique con sustancias como fentanilo.

Aunque la senadora panista Xóchitl Gálvez se convirtió en la única legisladora de oposición que luchó hasta el último momento por evitar que el oficialismo avanzar en la aprobación de reformas que han sido criticadas por diferentes sectores, al encadenarse en el escaño de la presidencia de la Mesa Directiva en la sede histórica de Xicoténcatl 9, no logró impedir la sesión en la que el oficialismo aprobó sin discusión las reformas que le interesan a su gobierno.

Después de reunirse con el Presidente de la República durante tres horas en Palacio Nacional, los senadores de Morena se trasladaron a la vieja casona de Xicoténcatl, sede histórica del Senado, y encontraron a Xóchitl Gálvez encadenada al escaño del presidente del Senado.

La decisión asumida por la mayoría fue no intentar ingresar al salón de plenos y trabajar en el patio, donde improvisaron mesas y reunieron el quórum reglamentario para comenzar la aprobación de su carrusel de reformas, que abrieron con el aval de la reforma constitucional para prohibir que los violentadores de mujeres y deudores alimentarios puedan acceder a puestos de elección popular o de poder administrativo.

Legisladores de oposición continuaron con el plantón en la tribuna.

*En el edificio del Senado de Reforma, legisladores de oposición continuaron con el plantón en la tribuna. Foto: Cuartoscuro.

El pleno del Senado, en el que sólo estaban los senadores de Morena, Partido Verde, Partido del Trabajo y Encuentro Social, decidieron aprobar las reformas sin discusión de por medio; por eso, la dinámica de aprobación fue ágil, pues ninguno de los senadores de oposición se presentó, por lo que el promedio de aprobación de cada dictamen fue de 13.8 minutos y sólo la reforma para reducir la edad mínima para ser diputado federal y secretario de Estado registró el mayor disenso, pues 45 votaron en favor, nueve en contra y 12 se abstuvieron.

El pleno del Senado, integrado sólo por las fuerzas oficialistas, aprobó por unanimidad que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) desaparezca y sus funciones las asuma el IMSS-Bienestar.

Esta reforma es precisamente para seguir construyendo un sistema de salud moderno, eficaz, eficiente, que satisfaga las necesidades de las y los mexicanos; sobre todo comenzar a caminar hacia la universalidad de este sistema de salud. La gente añora y pide cuándo vamos a ser tratados iguales. Esta reforma que vamos a aprobar es para eso y para seguir adelante.

Esta explicación la doy no para las senadoras y senadores, que están cansados. Esta explicación la doy para que le llegue al pueblo de México y entienda y no nos corrijan y no digan, como se dijo en otros lados, que es que cuando nos equivocamos queremos corregir. No, no nos equivocamos y seguimos construyendo un sistema de salud del que tenemos ahorita”, dijo la presidenta de la Comisión de Salud, Margarita Valdez.

Los senadores también aprobaron castigar hasta con 15 años de cárcel a quienes trafiquen con precursores químicos, como el fentanilo.

Además, con sólo las participaciones de Geovanna Bañuelos, presidenta de la Comisión de Minería y desarrollo Regional, así como Napoleón Gómez Urrutia, quien también es líder del sindicato de los mineros, expresaron su convicción que esta reforma implica una mejora sustancial en beneficio de los mexicanos.

Hasta el cierre de esta edición, en poco menos de tres horas, el pleno del Senado aprobó 11 reformas, entre ellas dos constitucionales y el resto legales, como los centros de justicia para mujeres, facilitar que las pequeñas y medianas empresas coticen en la Bolsa Mexicana de Valores; cambios en materia de medidas de tránsito y de vehículos eléctricos e híbridos.

De igual forma, en materia de muerte fetal y perinatal.

Los senadores incluso se dieron tiempo de tomarse un momento a las 00:27 horas para cantarle las mañanitas a su compañera Citlalli Hernández, quien también es la secretaria general de Morena.

Alejandro Armenta, presidente del Senado.

* El presidente del Senado, Alejandro Armenta, declaró en el área de escaños el traslado de la sesión a otro sitio. Foto: Especial.

Morena logra quórum y consigue cambiar sede

“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!”, fue el grito de los senadores del PAN, PRI, MC, PRD y Grupo Plural que en medio de estridentes ruidos de ocho megáfonos y junto con la muralla humana que formaron, obligaron al presidente del Senado, Alejandro Armenta, a trasladar la Mesa Directiva a la tercera fila de los escaños y desde ahí declarar el cambio de sede.

Subida a los escaños, la senadora Marcela Mora, del PES, usaba un folder para tapar el sonido del megáfono que portaba la panista Xóchitl Gálvez, quien jamás se alejó de Armenta, porque su objetivo era impedir que se escuchara la voz del presidente del Senado.

El ruido ensordecedor de los megáfonos apagó la voz de Alejandro Armenta y de Verónica Camino, secretaria de la Mesa, quien dio cuenta que había 65 senadores registrados en el tablero electrónico y, por lo tanto, había quórum. Él dio cuenta del acuerdo logrado entre la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política para sesionar fuera del Salón de Plenos, ante la imposibilidad de hacerlo en él, dada la toma de tribuna.

Cuando concluyó la lectura del documento e hizo sonar la campana para dar por concluida la mini sesión, sus compañeros de Morena, que estaban frente a él, todo entre las filas de escaños, comenzaron a aplaudir y a gritar que “¡sí se puede!, ¡sí se puede!, ¡sí se puede!” y aplaudieron por su triunfo, que hizo recordar el ambiente de anarquía en el que Felipe Calderón rindió protesta como Presidente de la República, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el 1 de diciembre del 2006, cuando la izquierda hoy en el poder intentó impedirlo.

Alejandro Armenta alzó los brazos, como Rocky Balboa, en señal de victoria. Vio a sus compañeros, mientras los gritos de los opositores y el sonido de sus megáfonos cada vez hacía más ensordecedor el salón de pleno. Después se volteó a dar la cara a los senadores que tenían tomada la tribuna. Sonrió satisfecho, complacido.

Marcela Mora seguía arriba de los escaños, mientras la insistente Xóchitl Gálvez insistía en acercarle el megáfono. Alejandro Armenta y Verónica Camino emprendieron la salida del pleno, sin que Armenta bajara los brazos.

“¡Fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!”, gritaban los senadores de oposición y Armenta levantaba más los brazos y sonreía más. Había logrado vencerlos, aunque para ello debió aguantar siete minutos en la tribuna tomada, en un intento de poder sentarse en su escaño de presidente del Senado, pero el ruido ensordecedor de los megáfonos y los gritos de los opositores jamás le dejaron abrir la boca.

Por eso tomó la decisión de bajarse de la tribuna e irse a la tercera fila de escaños y, con los tapones que se puso en los oídos, aguantar el megáfono de Xóchitl Gálvez, que lo siguió en todo momento.

Pero la cara de triunfo de Alejandro Armenta no opacó el rostro de alegría de los senadores de oposición, que habían logrado impedir que Armenta estuviera en la tribuna y habían logrado que se fuera; lograron echar a la poderosa mayoría que usa sus votos para avasallarlos.

“ALLÁ EL PODER EJECUTIVO Y SUS SÚBDITOS”

 Y mientras los senadores de Morena, incluido su coordinador, Ricardo Monreal, estaban con el Presidente de la República y las otras tres corcholatas, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López Hernández, en el salón de plenos los senadores decidieron abrir una ronda de posicionamientos.

Porque la dignidad se defiende con ideas, con palabras, con actitudes, con coherencia, con hechos y con conducta, es que estamos aquí. Aquí estamos los legisladores, los legisladores estamos en la casa del Poder Legislativo. Defendemos nuestra casa. Aquí estamos los legisladores, allá está el Poder Ejecutivo y sus súbditos. Nosotros somos miembros de la República, somos los integrantes de un Poder de la República”, aseguró Beatriz Paredes.

Añadió que “este poder de la República exige que se legisle respetando la Constitución y los procedimientos que señala la Ley Orgánica y nuestro reglamento”.

Y anunció que “interpondremos los recursos jurídicos que correspondan, porque en este mecanismo fast track, en donde sólo legisla una sola persona y los demás tienen que afirmar ciegamente artículos que no corresponden ni a su sentir ni al sentido de la historia, interpondremos los recursos que corresponden, porque eso es lo que nos demandan los millares de campesinos que se quedaron sin financiamiento”.

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